TODOS LOS DÍAS CELEBRAMOS LOS DERECHOS DE LOS NIÑOS

El día 20 de noviembre de 1959 la Organización de las Naciones Unidas aprobó un texto que recogía, en forma de declaración, los Derechos del Niño. No tenía un carácter vinculante, pero sí fue un principio, el primer paso de un proceso de intensas negociaciones entre gobiernos de todo el mundo, líderes sociales, religiosos, representantes de multitud de organizaciones y asociaciones, ONG’s, etcétera, que amplió ese documento hasta convertirlo en la Convención sobre los Derechos del Niño, el 20 de noviembre de 1989, cuyo cumplimiento es obligatorio para todos los países firmantes.

Todos los días del año son, a nuestro entender, el día de los niños y de las niñas porque es nuestra obligación velar por su desarrollo integral, formación, educación y crecimiento, respetando sus derechos y consiguiendo que se conviertan en los mejores ciudadanos del futuro.

Si elegimos un día para visualizar esta constante es porque cada 20 de Noviembre recordamos que no debemos bajar la guardia y sí seguir luchando por los derechos de la infancia. Celebramos los avances conseguidos y, desde nuestra Alcantara Family Foundation, añadimos que la verdadera lucha en la defensa de su bienestar está en el día a día, en trabajar constantemente por ofrecerles un futuro de igualdad.

La sociedad, por desgracia, no lo garantiza. En Barcelona, donde desarrollamos nuestro programa Alcantara Team, no se vive igual en todos los barrios ni los niños y niñas del Raval, por ejemplo, disfrutan de la misma calidad de ese aspecto clave que denominamos formación no formal o el acceso a actividades extraescolares. A las carencias se añaden los riesgos de una comunidad en la que, durante la adolescencia especialmente, es fácil caer en los peores hábitos que provocan la precariedad, la marginación y la vida en pequeños guetos que, aunque no queramos ver, están ahí.

Lo que aprendemos gracias a esta iniciativa, sin duda la lección más valiosa de esta experiencia pasa por cerciorarnos de que, concentrando los esfuerzos en la geografía local, próxima, allí donde podemos actuar en un pequeño colectivo al alcance de nuestros recursos, es donde podemos tener éxito y donde podemos garantizar que ese esfuerzo se traduce en un impacto positivo, perceptible y transformador.

En la Alcantara Family Foundation tenemos claro que trabajamos para conseguir cambios reales en la vida de los niños y las niñas, especialmente de los más vulnerables.

Lo vamos a seguir haciendo sin desviarnos de esa metodología basada en el valor educativo del deporte, del fútbol en concreto, en su capacidad para llegar al corazón de nuestros beneficiarios. A través de esa pasión por el balón les ayudamos a obtener una mejor comprensión del pequeño universo que los rodea. Se trata de integrarlos en el ámbito de la reflexión y el pensamiento mientras simplemente juegan al fútbol, un juego en el que se deben tomar continuamente decisiones en favor del grupo, decisiones que afectan al resto del equipo y que tienen trascendencia. Es lo mismo que en la vida. El fútbol nos enseña a ser mejores. Nos gusta comprobar que en nuestra fundación, en colaboración con la Associació Esportiva Ciutat Vella, celebramos cada día el Día Universal de la Infancia.

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